martes, 26 de junio de 2007

Pushkar ( 2a parte )



Llevo pocos días en Pushkar, y siento que es de esos pueblos tranquilos, acogedores y mágicos en los que podría pasar-me una buena temporada al puro estilo “shanti shanti”, como a mi me gusta. Para la gente de aquí ya no soy el típico turista al que abordar constantemente para sacar beneficio fácil, y esto hace que pueda deambular por las calles relajado, sin tensiones y sin tener que ir dando explicaciones a casi nadie de porque no quiero comprar nada. De momento me estoy dedicando a la vida contemplativa. He decidido no utilizar la cámara de vídeo todavía para no encontrarme con un exceso de material a mi vuelta a Barcelona, pero cada vez me cuesta más. La feria está a punto de empezar y todo es tan auténtico y sorprendente para mí que necesito plasmarlo. De hecho, ya hace un par de días que los comerciantes han iniciado los contactos entre ellos y se puede respirar el bullicio en el ambiente. El desierto que había al lado del pueblo cuando llegué, ahora está completamente lleno de vida nómada, de negocios fugaces, de tránsito pasajero, de jolgorio esporádico. De la nada al caos en pocos días.



Mientras yo voy disfrutando de paseos interminables entre camellos y familias enteras que viven al aire libre, de mercados de todos los tamaños y colores, y de mujeres con saris de revista. De ratos de paz y lectura al lado de uno de los lagos más sagrados del hinduismo, de momentos inolvidables en la tienda del vendedor de marionetas, de conversaciones más o menos interesantes con amigos del tiempo perdido o de noches bajo una luna cada día más llena.





miércoles, 25 de abril de 2007

Con B de Bollywood


Namaste,

Xavi me comentó que escribiera 'algo' en su blog sobre India... y aquí estoy. Bueno, mi fascinación por India empezó hace ya casi cuatro años con Bollywood. Sí, la industria cinematográfica más productiva del mundo (900 títulos por año).



Y conocí Bollywood en Londres, durante una temporada que estuve trabajando allí, yendo a ver el musical 'Bombay Dreams'. Quedé fas ci na da. Volví a Barcelona y empezé a ir a clase de danzas bollywood y espontáneamente, me empezaron a salir 'bolos', actuaciones, que si la embajada India te invita a bailar por el día de la independencia, que si pimpampum_bocadillodeatún... todo culminó con el rodaje de 'Camino a Bollywood', donde intenté provar suerte en la industria y conocer a mi ídolo, Shahrukh Khan. Os pongo el tráiler aquí:



Bueno, volví a India para colaborar durante tres meses con Aasara y Sonrisas de Bombay, de la que Xavi ya os ha hablado, y mi vuelta a Barcelona fue un poco dramática.. te comparas, recuerdas, blablabla. Tanto es así que ya tengo billete para volver: del 12 de mayo al 8 de junio.



Ay, que sosería que estoy escribiendo, ¿no? Ahora soy profesora de danzas bollywood, periodista, amiga de sus amigos, hija de sus padres y hermana de sus hermanas.

:-)

Ah, y también tengo un blog... http://sehacecaminoalbailar.blogspot.com.

domingo, 22 de abril de 2007

Pushkar (1a parte)

Uno de los objetivos de mi viaje, aprovechando que era un licenciado más del maravilloso mundo del periodismo, era sin duda grabar el máximo de experiencias y momentos que después resultan difíciles de explicar con palabras. Preparando la aventura en Barcelona, me enteré que en un pequeño pueblo llamado Pushkar, en pleno Rajastan (norte de India), se celebra cada año, la Camel Fair, una de las ferias entorno al animal de las jorobas más importante del país e incluso de todo el continente Asiático. Un espectáculo visualmente muy atractivo que no me podía perder teniendo en cuenta que coincidía en el tiempo con mi estancia por esa zona.

La teoría es que la feria se celebra durante los diez días que preceden la luna llena de noviembre, pero en India las cosas no siempre ocurren cuando está previsto. Otra característica de los indios es que les cuesta mucho decir que no saben una cosa cuando les preguntas. Esto hace que a menudo se inventen las respuestas y que de una misma cuestión tengas 3 o 4 contestaciones distintas. Así, estando en Udaipur, ciudad rodeada de lagos especialmente recomendable para visitar en pareja, me enteré, gracias a una chica francesa que conocí allí, que la feria empezaba en dos días. Esto alteró por completo mis planes de viaje pero al disponer de 2 meses sin compromisos de ningún tipo con nadie que no fuera yo mismo, viajaba solo, reservé un billete de autobús en dirección a Pushkar.

Ya en el trayecto me pude hacer una ligera idea de lo auténtico que podía ser el evento de los camellos. Desde Udaipur, 6 horas hasta Ajmer, y después cambio de vehículo hasta el destino, a tan sólo 12 kilómetros pero por una carretera estrecha y de difícil acceso. Después de esperar unos 20 minutos en plena calle de Ajmer, a las 5 de la mañana, llegó un minibús vacío. Subí y me sorprendí del espacio de que disponía…un espejismo. De repente empezaron a subir auténticas riadas de indios nómadas, con sus turbantes de mil colores, sus pequeños sacos con todas las pertenencias de una vida, sus palos, sus bigotes...y al final no cabía ni un alfiler. Qué locura!!

Como quería quedarme en el pueblo una semana como mínimo, decidí buscar algún alojamiento un poco apartado del ruido de tiendas, templos (más de 400), y por supuesto de los camellos. Lo encontré muy rápido. Aquí dormí durante 10 días!!! Una cabañita encantadora (sin lavabo), desde la que no se oía nada más que una voz directa de las montañas que rezaba las 24 horas del día sin interrupción, aunque el cuarto día ya formaba parte de la rutina y parecía no estar.


Primer viaje en autocar

Hoy os voy a hablar de mi primer viaje en autocar, que a pesar de saber que sería largo, unas 16 horas, nunca hubiese imaginado así, no por negativo, sino por intenso, extremo, insólito, genuino. Puro India. El trayecto: BOMBAY-UDAIPUR, unos 850 km. Por el precio del billete (800 rupias, unos 15 euros) el autocar no podía ser de lujo pero…Exteriormente era cutre y destartalado (como la mayoría de las cosas en India) y por dentro un cuadro. Había una zona con asientos normales y corrientes y otra dividida en compartimentos, dobles o individuales donde uno podía ir tumbado. Con lo que yo había pagado tenía derecho a uno individual (2 metros de largo por 1,5 de ancho) donde íbamos yo y mis maletas, situado en la parte superior del autocar.

Estando ubicado allí arriba, como en un “zulito” en movimiento, pensé que podría haber sido peor, pero todavía no había visto nada. En las 2 primeras horas de trayecto ya habíamos parado 7 veces para recoger gente, en los compartimentos que yo pensaba que eran para 2 persones se metían 4 y hasta 5. Gente amontonada en el suelo (en un lance del viaje llegue a contar hasta 12) y evidentemente el único turista, el rey de la casa.

De repente llegamos a una gran explanada en medio de ningún sitio donde debía haber unos 30 autocares como el mío o peor, y con gente saliendo de debajo de las piedras intentando vender cualquier cosa de comida o bebida a través de las ventanas…una auténtica locura!! En mi interior, por un lado una vocecita me iba diciendo “es una experiencia que hay que vivir”, por el otro unos gritos me repetían ¿qué cojones hago aquí?

Había momentos que conseguía evadirme un poco de esta situación gracias a la música, que me trasladaba a sitios lejanos, y al paisaje. Entonces asomaba la cabeza por la puerta de mi compartimiento y veía PURO INDIA. Empezábamos a viajar a una buena velocidad de crucero y la cosa se movía que te cagas!! Oscurecía poco a poco, ya llevaba muchas horas allí metido pero todavía quedaban muchas más.

Hora de cenar, esta vez la parada fue en otro lugar remoto donde solo había 2 restaurantes llenos hasta la bandera. Me lo tomé con filosofía y me senté en una mesa con una familia que se sorprendió mucho de mi presencia. Comí rápido no sé exactamente qué y volví a mi “zulito”, en compañía de mi amigo Kapuscinski y sus “viajes con heródoto”, el libro que me estaba leyendo esos días. Al poco rato alguien decidió que era hora de dormir y se apagaron todas las luces.

Quedaban más de 8 horas, ya no sabía como ponerme y me parecía imposible poder dormir con los botes que daba el autocar. Cuando estaba en ese dulce momento de semiinconsciencia apunto de empezar a soñar, noté un frenazo brusco, un golpe no excesivamente fuerte y ruido de cristales rotos, nos habíamos quedado sin parabrisas y tardaron 45 minutos en recoger el destrozo. Después de una última parada para beber un te a las 4 de la madrugada, y tras 18 horas de trayecto, llegué a Udaipur.

martes, 13 de marzo de 2007

Silenci!


Mucha gente viene a la India a buscar la paz. Pues bien posiblemente encuentre paz interior pero lo que es tranquilidad exterior, mas bien poca! Este es el pais mas ruidoso del mundo!No he vivido una sola situacion en la que no haya habido un ruido de fondo.



Pequenyo cuento ruidoso

“Me despierta a las 2 de de la manyana la musica de los baffles del templo del pueblo, pues estamos en epoca de festivales. Me duermo de nuevo pero a las 4 me despierta una pelea de perros. A las 6 en punto un gallo empieza a cantar y sigue y sigue cada 20 segundos hasta las 7. Me levanto , me ducho y me voy a dar un paseo por el pueblo. Pero aqui en vez de palomas tienen cuervos y mi paseo rodeado de graznidos se parece mas a una pelicula gore que a otra cosa.Me cruzo con una madre con su hijo de 2 anyos. El lleva unas sandalias que, cada vez que pisa el suelo, suenan como un peluche. Me acerco al centro del pueblo y entre pitidos miles llego a la estacion de autobuses, donde unos diez o quince empleados gritan los nombres de sus respectivos autobuses (Chidambaraaaaaan., Maduraiiiiii!!!). Subo a un autobus con destino a la playa. Me doy cuenta de que estoy sentado junto a un baffle y durante el trayecto los grandes exitos de Bollywood resuenan en mi cabeza.



Llego a mi destino y me tumbo en una tranquila cala. Aparece un grupo de indios que empiezan a jugar con el agua y a gritar como si estuvieran poseidos. Decido refugiarme en un chiringuito apartado. En seguida empieza a sonar una estrepitosa musica fusion electro-hindu. Por la noche vuelvo al pueblo rodeado de los mismo ruidos de la manyana. Me acuesto y al cabo de media hora oigo, a traves del finisimo tabique de mi habitacion de albergue, los ronquidos de mi vecino. Consigo dormirme y un mosquito aparece en escena sobrevolando mis orejas. Decido poner el ruidoso ventilador para ahuyentarle y me duermo con la satisfaccion de saber que al menos el ultimo ruido de la noche lo he provocado yo

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Es dificil encontrar un momento de “tranquilidad sonora” en este pais pero los hay.
Si fuera una de esas personas a las que en el programa de TV3 Silenci! solian preguntar:
“Dime un momento de silencio”
Probablemente responderia….
“La sonrisa sincera e inocente que tantas y tantas personas te dedican a lo largo del dia y que, por unos instantes, te aislan del ruidoso mundo”

Trichy - Templo de Sri Ranganathaswamy

En el templo de Sri Ranganathaswamy de Trichy (Tamil Nadu) se respira un aire mistico. Cuanto mas te aproximas al corazon del templo, la zona sagrada, mas sientes que te envuelve su atmosfera espiritual.

Me siento junto a un elefante (homenaje al dios-elefante Ganesh) que bendice con su trompa a quien le da de comer. Los padres creen fuertemente en esa tradicion y llevan a sus hijos a recibir dicha bendicion, pese a los lloros de mas de un ninyo asustado por el enorme animal.
Me cruzo con un grupo de brahmanes con doggi blanco, pecho descubierto y con el simbolo de Vishnu en la frente. Ellos son los encargados de realizar las pujas (ofrendas) que los peregrinos les solicitan siguiendo un antiguo ritual que combina fuego, agua y alimentos.
Descubro un grupo de hombres y otro de mujeres sentados frente a frente junto a un pequenyo altar. Cantan mantras en sanscrito. Son canticos repetitivos pero en vez de hacerse pesados resultan harmonicos: en tu cuerpo resuena la musica y te parece como si el sonido saliera de tu interior.

Observo los rituales de los peregrinos. Una anciana se tumba boca abajo, con dificultad, frente al altar. Un hombre toca una imagen sagrada y se da tres palmaditas en las mejillas. Unas mujeres con pelo muy corto (senyal de que hace dias se han rapado la cabeza para ofrecer su pelo a su dios) toman el humo sagrado que sale de un candil y lo acercan a su cara y pelo. Unas chicas toman pigmento amarillo y con un dedo lo extienden por su frente; luego guardan cuidadosamente unas pizcas de pigmento en un trozo de periodico para llevarselo a casa.

lunes, 26 de febrero de 2007

AASARA II (Suraksha)

De la mano de Lluís y Sílvia me voy introduciendo poco a poco en el país. Los primeros viajes en tren en horas punta en los que si no corres te aplastan, las primeras comidas en el suelo y con las manos, y sobretodo los primeros y muy buenos consejos. Pero son las niñas de Suraksha, del orfanato, las que me están haciendo vivir momentos inolvidables. He llegado en buena época, esta semana es el diwali o fiesta de las luces, una celebración muy importante en India. Hemos decorado las paredes con tiras de papel de colores y rangolis en el suelo, simple pero muy divertido.



De repente me encuentro sentado en el suelo, rodeado por todas ellas, 23 niñas con sus ojos grandes y brillantes, que me piden alborotadas que les cante canciones en “spanish” que ellas repiten. De todas solo un par o tres saben alguna palabra en inglés, el resto, marati o hindi. Pero hay momentos en los que sobran las palabras, el ambiente adquiere una atmósfera mágica y con simples gestos, miradas, sonrisas…todo se acaba entendiendo, es el lenguaje de la vida, que va más allá de las personas. Después ellas cantan a coro y soy yo el que intenta repetir. Y así pasan las horas...



Des del primer día, la presencia de un extraño ha despertado la curiosidad en todas ellas, pero hay una que se mantiene un poco al margen. Se llama Netra, tiene 3 añitos y una mirada encantadora. Si pudiera me la llevaría en mi maleta…Pero resulta que es la única niña que no es del orfanato, sino que es la hija de la mujer que va a limpiar. Poco a poco va cogiendo confianza y cuando saco la cámara de fotos, se pone simpre en primer plano.