Me siento junto a un elefante (homenaje al dios-elefante Ganesh) que bendice con su trompa a quien le da de comer. Los padres creen fuertemente en esa tradicion y llevan a sus hijos a recibir dicha bendicion, pese a los lloros de mas de un ninyo asustado por el enorme animal.
Observo los rituales de los peregrinos. Una anciana se tumba boca abajo, con dificultad, frente al altar. Un hombre toca una imagen sagrada y se da tres palmaditas en las mejillas. Unas mujeres con pelo muy corto (senyal de que hace dias se han rapado la cabeza para ofrecer su pelo a su dios) toman el humo sagrado que sale de un candil y lo acercan a su cara y pelo. Unas chicas toman pigmento amarillo y con un dedo lo extienden por su frente; luego guardan cuidadosamente unas pizcas de pigmento en un trozo de periodico para llevarselo a casa.
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